viernes, 20 de mayo de 2011

Inteligencia olfateada

«¿Por qué tienes la cabeza tan grande? Para olerte mejor». No es una versión absurda de la historia (eso ya se lo dejamos a Catherine Harwicke), sino un hecho de la evolución que acaba de ser descubierto. Los científicos se han preguntado numerosas veces por qué los mamíferos -incluidos los humanos- han sido capaces de desarrollar cerebros más grandes y complejos que otros animales, cerebros que en algunos casos han crecido hasta diez veces más que el tamaño corporal relativo. Un equipo de paleontólogos cree saber el motivo: facilitar un agudo sentido del olfato. La clave se encuentra en dos diminutos mamíferos de principios del Jurásico con aspecto de musaraña y una sesera más que considerable. La investigación aparece publicada en la revista Science, como casi todas.
Investigadores de las universidades de Texas y St Mary y del Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh (Pensilvania) han dado una pátina científica al dicho popular que relaciona la inteligencia -de alguien que es muy listo se dice que tiene buen olfato-, con esta percepción sensorial. Los científicos utilizaron una técnica de tomografía computorizada con rayos X para estudiar los raros fósiles de los cráneos de dos criaturas, el Morganucodon y el Hadrocodium, de 190 millones de años de antigüedad y cuyos restos fueron encontrados en China. El equipo descubrió que estos animales, dos de las primeras especies conocidas de mamíferos, tenían cerebros mucho más grandes de lo esperado, especialmente si se tiene en cuenta su escasa masa corporal. El Hadrocodium apenas pesaba dos gramos.

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