miércoles, 27 de abril de 2011

The brighter, the darker

Un cielo en el que brillan dos inmensos soles es una de las imágenes más recurrentes de la ciencia ficción y sólo y exclusivamente de la ciencia ficción, porque eso en el mundo real no se lo traga ni el tato. Pero, ¿cómo sería en realidad un mundo semejante? ¿Cómo afectaría un sistema estelar binario a la evolución de la vida en un planeta que girase en su órbita? Una investigación presentada en la Reunión Nacional de Astronomía de Gran Bretaña que se celebra estos días en Llandudno (Gales) describe la vegetación de un lugar que parece de fábula. En un planeta con dos o tres luceros, quizás alguno parecido a nuestro astro rey o quizás enanas rojas -un tipo de estrella muy común-, los árboles y las plantas serían de color negro o gris debido a que sus esfuerzos para realizar la fotosíntesis, la forma en la que las plantas convierten la luz del sol en energía, serían forzosamente diferentes a los de los vegetales que conocemos.
La fotosíntesis es la base esencial para la vida en la Tierra. Pero con múltiples fuentes de luz, la vida podría adaptarse para aprovechar la energía de todas ellas, o tendría que elegir uno de los soles. Esta puede ser la opción más probable para planetas en los que partes de su superficie son iluminados por solo un astro durante un largo período de tiempo, según explica Jack O'Malley-James, investigador de la universidad escocesa de St. Andrews y responsable de la investigación.

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