miércoles, 30 de marzo de 2011

Corazón "partío"

¿Quién nunca ha dicho “me duele de tanto amar”? Espero que nadie lo haya dicho nunca, porque sería potativo, pero si llegasemos al cursi caso de que ocurriera, esta vez no aparecería el típico listillo ojos topo, al que todos nos da ganas de linchar, porque por una vez las mujeres tendrían razón.
El dolor físico y los sentimientos intensos de rechazo social producen el mismo «daño» al activar las mismas regiones cerebrales, según sugiere un estudio de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS). Estas regiones son la corteza somatosensorial secundaria y la ínsula posterior dorsal.
En principio, derramar una taza caliente de café sobre uno mismo, recibir un puñetazo o pensar sobre lo rechazado que te sientes cuando ves la imagen de una persona con la que has roto sin quererlo podrían evocar tipos muy diferentes de dolor.
Pero un estudio actual es el primero que determina que existen regiones cerebrales en las que los sentimientos de dolor físico y rechazo social se solapan. Estas áreas se activan cuando las personas sufren sensaciones dolorosas en su cuerpo.
Prueba con fotos de ex parejas. En esta investigación, los investigadores reclutaron a 40 personas que habían pasado por una ruptura amorosa en los pasados seis meses. Cada participante completó dos tareas en el estudio, una asociada a sus sentimientos de rechazo y la otra a sensaciones de dolor físico.
Durante la tarea de rechazo, los participantes visualizaban una foto de su ex pareja y pensaban sobre cómo se sintieron cuando rompieron o veían una foto de un amigo y pensaban sobre una reciente experiencia positiva que les había sucedido con esta persona.
En el experimento del dolor físico, un dispositivo de estimulación térmica se unía a los participantes en el antebrazo izquierdo. En algunos ensayos, el dispositivo administraba una estimulación dolorosa, pero tolerable apta para quejitas, similar a sujetar una taza de café muy caliente o recibir un puñetazo. En otros ensayos se administraba una estimulación de calor no doloroso.
Los participantes realizaron todas las tareas mientras pasaban por escáneres de imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf). Compararon los resultados del estudio con los de una base de datos de más de 500 estudios previos de respuestas cerebrales sobre dolor físico, emociones, memoria de trabajo y resolución de interferencias. Había que estar muy aburrido como para realizar 500 estudios, pero se realizaron y con éxito.
«Descubrimos que los sentimientos que inducían de forma poderosa rechazo social activan regiones del cerebro que están implicadas en la sensación de dolor físico, que rara vez están activadas en estudios de neuroimagen sobre la emoción», señala el director del estudio, Ethan Kross.
Los autores apuntan que los descubrimientos afirman la sabiduría de las culturas de todo el mundo que utilizan el mismo lenguaje, palabras similares para «daño» y «dolor» para describir la experiencia tanto del dolor físico como del rechazo social.
El amor en un mal uso sin duda duele.

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